lunes, 10 de noviembre de 2008

Un fuerte deseo

Ya no me es nada extraño ver a personas mayores (algunas muuuy mayores) llegar a mi trabajo jalando su tanque de oxígeno o en silla de ruedas o con muletas o con un lazarillo. En fin, llegan en condiciones que uno podría pensar:"por qué mejor no se quedan en su casa descansando?"
Pero realmente son personas que trabajaron durante muchísimo tiempo para hacer EL VIAJE DE SU VIDA. Me refiero a este extranjer@ promedio que laboró durante muchos años en alguna compañía y que cuyo plan de retiro era tomar un crucero por el caribe y disfrutar de lo "exótico" del tercer mundo.

Vale la pena viajar cuando tu capacidad de movilidad está reducida? Disfrutás realmente de tu viaje aún cuando tenés que perderte parte de los tours para cambiarte el pañal? Gozás de aquella experiencia cuando tus actividades se ven limitadas por las facilidades de acceso con tu tanque de O2?

Creo que si. Definitivamente son ejemplo de en la vida debemos gozar de los mínimos detalles.

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