miércoles, 21 de noviembre de 2007

no fue hoy... pero si lo dije

Hoy fue la primera vez que lo dije. No fue fácil. Miraba hacia distintas direcciones, pero no podía ver directo a los ojos, como suelo hacerlo.
Hablé de esto, de aquello, de aquellos, del clima, del viento, de la falta de viento, de la diabetes de su madre, de la barrera en construcción… hablé de todo. Pero era obvio.

Dieciséis minutos después de las cinco, llegó. Tal y como habíamos acordado –pasadas las cinco- dijimos. La puntualidad en estas ocasiones no es fuerte. Pero lo es.

Una vuelta. Maskin fosforescente, ¿tiene? Gracias de todos modos.

“La gran ciudad” no es diferente a las otras. “Esmog”, ruido, carros, aquí no hay autos, hay carros. Gente con cara de cansancio, de locura, de “STRESS”, de ausencia de vida o no de la vida a cuestas.

El tipo de la voz extraña nos da la bienvenida. No entiendo, me río, pero intento disimular. La paquetería, un siglo… y ¿para qué? No había maskin fosforescente.

El maletín pesa, mi cuerpo pesa, la vida dejó de pesar hace 8 días exactos.

Gente. Cruces. Empujones. Luces de colores que intercambian y te obligan a seguir una dirección, pero todos creemos que nos ordenan, que nos ayudan.

Periódicos: “una jirafa muere por stress”. Si me sacan de mi casa en la sabana africana y me traen a la “sabana” tica, moriría también. Lo hice hace 7 años dejando el calor húmedo porteño, por el frío sordo de la capital. Pero no me puedo quejar.

La mujer habla por teléfono (no tienen ni idea de lo que es servicio al cliente). El otro, recostado a un estante, parece maldecir la hora en la que entramos. ¿Maskin fosforescente?... Todos se miran. Gracias de todos modos. Si por lo menos dejara de hablar por teléfono… demasiado pedirle a la “gran ciudad”.

La crisis del teatro, los “premios” (sin entrar en detalles de si están bien o mal dados, demasiado espeso para el momento, lo otro es más importante).

La primera parada. Lleno. Muy lleno para mi gusto. Demasiada gente alrededor, me inhiben, no podría mencionar ni una sola palabra.

RETROCESO.

Segunda parada. No es la mejor, pero es la que hay. Caras conocidas. Con deseos de irme, pero los aguanto “como los machos”.

Tiempo, mucho tiempo. No puedo ver a los ojos. Sé por qué estamos ahí. El tema surgió desde ayer. No quiero, nudo en la garganta. ¿Desde ahora? Es peor de lo que imaginé.

¿Tiene chocolate? Uno por favor. Dos.

Tiempo. Sonrisa de abuelita, sin abuelita.

PAJA, PAJA, PAJA, PAJA, PAJA, PAJA…. La pura y real verdad. MIERDA! Más vueltas que un trompo perfectamente lanzado. PAJA.
La pregunta ¿inesperada?: ¿Cómo está …?

MAL. Por: (a continuación la primera enumeración racional de los hechos).

No puedo ver a los ojos. Mucha gente pasa; algunos casi se caen; otros agradezco que no me vieron o aparentaron no verme. Mejor. No quiero saludar. Segundo nudo en la garganta. Más complicado de lo que pensé.
¿Primera enumeración racional? BULLSHIT. Todavía esa etapa está lejos. Ni siquiera ha avisado que va a aterrizar; debe estar DELAY, como se dice hoy día.

Monólogo en automático. De vez en cuando miro para asegurarme que no está dormida, o simplemente para saber que está.

Continuación de monólogo. No hay forma de mantener fija la mirada. Me doy cuenta, lo intento, pero no… no es posible.

No voy a llorar. Sería el colmo. Es una de las calles más transitadas. MUCHA GENTE. Más de la que me hubiera gustado tener a mi alrededor. Sobre todo algunas en particular.

Intento interrumpir mi monólogo, pero no quiero.

No voy a llorar. Nudo en la garganta. Nudo en la garganta.

Bajo la mirada. La espuma se desvanece. Restos de azúcar en el fondo, donde debería estar yo. Rodeado de finos cuadros de azúcar refinada, pero no fina.

TIEMPO LARGO. Lo recuerdo todo, pero no quiero recordarlo por mucho tiempo. Lo hago … nudo en la garganta, maldición. Es muy obvio.

No quiero huir. Tengo ejemplos. Tengo miedo que mueran. Pasará aunque yo no esté, pero es diferente. No sé que quiero, pero ¿no quiero estar aquí? Estados Unidos no. Me angustia mucho la aduana. Maldito González Iñárritu y su BABEL. El paso entre Ciudad Juárez y el Paso, Texas, algo para recordar pero nunca repetir.



Sale de una libreta mordida por un perro de un nombre que no recuerdo, un número de teléfono que empieza con 5… es el suyo, su propio número, pero no lo ha memorizado. Ahora es común pero me sigue sonando raro. RARO: dícese de aquello que no está registrado en tu memoria social, aquello que no concuerda, aquello que no existe para uno mismo.

De nuevo la sonrisa de abuelita. “Ya nos vamos”. – lárguense ya, queremos descansar, manada de vagabundos-. Buenas noches.

Olvidé pagar. Setecientos colones por azúcar refinada, pero no fina, cuarenta y cinco minutos de monólogo y una primera vez. Lo había dicho por primera vez, frente a frente y con “N” nudos en la garganta.

La calle sigue transitada. Casi las seis y treinta. No quiero ir, pero tengo que hacerlo. Como para que digan que no me estoy robando los cincuenta mil pesos.

ABRAZO. Sincero. GRACIAS de verdad, me hacía falta. NUDOS EN LA GARGANTA. Líquido en la ventana del alma. En medio de la gente que no le importa, que no se da cuenta de lo que pasa.

A cualquier hora. Padezco de insomnio. Pienso – qué dicha, podré llamar en el peor momento-. No. La gente debe dormir. La gente normal lo hace.

ABRAZO inconcluso. Por dicha!!!!!.

Mi camino es a la derecha, el otro hacia el frente. TRES NUDOS JUNTOS, ventanas empañadas al límite. Mirada perdida, caída. El peor momento para caminar.

Sorteo carros, aquí no tenemos autos. Gente; monumentos de concreto, terminados y viejos o inconclusos.

La peor idea de la noche. Creo que necesito escuchar esa voz. Aló? Miento: BIEN, y por allá? Ella está bien (mentira).

Nudo en la garganta. No puedo …

La oscuridad es mi aliada, hasta donde puede, porque hasta ella está ocupada en cosas importantes.

El numerito va a empezar. La autoridad llegó. Por lo menos intento serlo.

Polvo y recuerdos de 5 años atrás. Ya no estoy pa esos trotes. No me interesa. Mi nivel es otro. ¿Nivel? Donde no hay posibilidad alguna de eliminar el techo, sólo y sólo si el sombrero te considera CAPAZ.

No quiero hablar de eso. Pero ahora tiene que buscar 2 actores en lugar de 1 más. JA!.

El numerito inicia. La función no. Sin embargo hoy fue la primera vez que lo dije.

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